jueves, 24 de enero de 2013

Algunas propuestas razonables


Publicado por el catedrático y eurodiputado Francisco Sosa Wagner  el pasado 16 de Enero en el blog de espublico
Gotean las noticias estos primeros días del año sobre la reforma de la legislación local. Como acabamos de salir de la fiesta de Nochevieja, me atrevo a proponer las siguientes doce uvas:
 1. Supresión de Ayuntamientos.Se trata de una operación que debe hacerse en cada Comunidad autónoma pues las fórmulas pueden ser muy variadas y han de atender a las peculiaridades de cada territorio. Mecanismos a aplicar, entre otros: la fusión voluntaria contemplada en las normas vigentes o la obligatoria impuesta a través de una ley de la Comunidad autónoma.
 2. Mancomunidades. Se dice ahora que se van a suprimir todas de la misma forma que se dijo ayer que se haría lo mismo con las entidades locales menores y las juntas vecinales. Algunos alertamos del disparate y parece que se ha olvidado. Ahora se aplica el mismo criterio a las mancomunidades. Aparte de la posible inconstitucionalidad de la medida, procede analizar caso por caso pues hay muchas mancomunidades que están perfectamente justificadas.
3. Diputaciones provinciales. Como gozan de la protección constitucional procedería pensar en convertirlas en la Administración indirecta de las Comunidades autónomas, lo que permitiría suprimir muchos servicios periferícos donde anidan tantas duplicidades (de las que todo el mundo habla).
 4. Competencias de los Ayuntamientos. Su reordenación ha de partir de la distribución constitucional de competencias entre el Estado y las Comunidades autónomas que ha de ser respetada mientras no se cambie la Constitución.
5. Competencias impropias. Jamás se deben aceptar ni ejercer si no van acompañadas de la adecuada cobertura financiera que ha de garantizar el Estado o la Comunidad autónoma. Aunque “vistan mucho” y procuren momentáneamente votos.
6. Elección de los alcaldes. Cuando no hay mayorías absolutas hay que ir a la segunda vuelta para que sean los ciudadanos quienes decidan, no los jefes locales de las organizaciones políticas.
7. Financiación. Obvia es la necesaria reforma de las haciendas locales, que ya debió hacerse al hilo de la que afectó a la financiación autonómica. No se hizo por razones de complacencia política y ahora se están pagando las consecuencias.
8. Reducción de sueldos de alcaldes. Un tema estrella para la prensa que reviste interés relativo. Deben corregirse las situaciones llamativas con algún criterio objetivo pero debe tenerse en cuenta que la mayoría de los alcaldes cobran mesuradamente y que muchos ni siquiera cobran. Persecución de la corrupción y alejamiento del cargo a quienes se encuentren “procesados” (no meramente imputados). Refuerzo de las atribuciones y los medios de los Tribunales de Cuentas, estatal y autonómicos.
9. Servicios. Volver a la utilización prudente -no desparramada- de las fórmulas contempladas en la ley vigente atendiendo a las novedades que impone el derecho europeo.
10. Funcionarios de habilitación nacional. Todo está dicho sobre ellos: oposiciones públicas, tribunales compuestos por especialistas y funciones para cuyo ejercicio se asegure la independencia. Fin de la broma de las “libres designaciones”. Y lo mismo vale, en términos generales, para el resto de funcionarios.

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